Un Estado rumbo al colapso

Publicado por Unknown | 8:14 | 0 comentarios »


Por: Juan Tomás Taveras, Mayor General ® P.N. y Periodista experto en temas de seguridad.

“Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor. Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas; destruir la nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera.” Juan Pablo Duarte

“Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.” Manuel Belgrano

El Estado no agrega resultados a las demandas ni trabaja a favor de los derechos ciudadanos, la sociedad dominicana desde su nacimiento mismo ha tenido que valerse de alternativas en cuanto a los servicios públicos se refiere. Parecería que el nacionalismo, el patriotismo y el civismo son ajenos a los funcionarios encargados de la administración pública, sean estos electos, designados o contratados. Me refiero específicamente a la irresponsabilidad e incapacidad por parte del Estado para ofrecer y gestionar los servicios públicos.

En nuestro país no recibimos la seguridad social ni cuantitativa ni cualitativamente, el que quiere un servicio de salud debe pagar un seguro médico privado, además los enfermos tienen que comprar medicinas carísimas, así mismo sucede en la defensa y protección del medio ambiente, tal ocurre con los servicios de agua potable, energía eléctrica y el sistema educativo, igualmente acontece con la seguridad ciudadana, siendo alarmante el incremento de la inseguridad, el crimen y la violencia en todas sus manifestaciones.

También se distingue el descontrol del alto costo de los alimentos, la falta de inversión en la producción nacional, la falta de construcción, reparación y señalización de las vías de tránsito, es similar la falta de construcción de alcantarillados y drenajes. Por otro lado, el que quiere su frente limpio debe pagar un servicio particular para que le recojan la basura.

Además, esta situación se repite con la falta de garantías para el equilibrio de la producción agrícola y del suministro de alimentos asequibles para garantizar la alimentación de los más necesitados de acuerdo a la canasta familiar establecida.

Sobresale el hecho de que dicha incapacidad e irresponsabilidad se extiende a todos los servicios públicos, salvo algunas excepciones, como son Indotel, ITLA y algunos centros educativos y de capacitación especializada.

En los países avanzados el papeleo de constitución para instalar un negocio se puede hacer en un solo día, mientras que aquí duraría semanas, meses y hasta años, pagar peaje y burocracia. En muchos casos no se logra el objetivo, en otras ocasiones pagas por un servio VIP y resulta que se aumenta la espera y te desesperas, resultando una agonía por la expectativa creada.

La economía dominicana en más de un 60% es informal, o sea que son negocios irregulares el llamado chiripeo que no pagan impuestos y no cumplen ninguna regulación, por lo que podríamos considerar que la mayor parte de la economía es alternativa, es evidente que el Estado no tiene capacidad para organizar el producto interno bruto.

Esta situación deja claro que el Estado dominicano no proporciona seguridad social en ninguno de sus renglones. Enfocados en este planteamiento, somos la viva representación de un Estado rumbo al colapso, de una democracia incierta, de un servicio público inexistente, lo que obliga a los habitantes de la República Dominicana a vivir de alternativas. ¿A qué me refiero? Si alguien quiere tener servicio de agua en República Dominicana debe tener una cisterna con su bomba, si se quiere tener energía eléctrica debe poseer un inversor o un generador, el que necesita seguridad debe pagar un guardián privado, colocar alarma o vigilancia de cámara.

El que necesita un defensor público tiene que pagar un abogado, “nuestra justicia es cara y lenta” lo reconoce el propio presidente de nuestra suprema corte de justicia, así mismo los legisladores que deben ser un contra peso de los gobernantes y ejemplo del cumplimiento de las normas y las leyes que ellos mismo sancionan, son los primeros en violentarlas, defraudando a la sociedad que “representan” y que juraron proteger y defender. Para los congresistas dominicanos la política y sus responsabilidades se han convertido en un juego, una chercha o un negocio sucio.

Quiero señalar con respecto al párrafo anterior, que esto convierte al fundamento del derecho dominicano, la constitución, la cual es ignorada, violentada y culturalmente considerada por nuestros gobernantes “un simple pedazo de papel” en un instrumento de juego político, es decir, en un círculo vicioso para dar paso a bellaquearías de los que controlan el poder en su momento, excluyendo los intereses colectivos, manteniendo a la sociedad sin estabilidad jurídica y entretenida en simbolismos politiqueros, sin dar respuestas a las demandas y necesidades del pueblo.

Podríamos concluir que la mayoría de las carteras e instituciones que conforman la administración pública del Estado dominicano son compañías por acciones asociadas al sector privado las cuales son administradas como una propiedad privada en las que se socializa el costo y se privatiza el beneficio, beneficio éste que queda repartido entre los incumbentes y los asociados privados en perjuicio y detrimento del erario público.

Es importante destacar que el Estado dominicano es el principal empleador, el mayor demandante de servicios, o sea el que hace más contratos para el pago y compra de servicios, tanto a empresas nacionales como internacionales, siendo en su mayoría todas estas negociaciones irregulares y corruptas, rompiendo la libre competencia y los concursos que obligan las leyes en perjuicio de las empresas honestas y serias que casi siempre van a la quiebra o solo pueden sobrevivir con escasos beneficios.

Esta situación dificulta grandemente las oportunidades a nuevos emprendedores e innovadores en el quehacer comercial de la economía dominicana, desmotivando y desinteresando al desarrollo y regulación de nuestra economía informal, ya citada, que representan y es administrada por los hijos de machepa.

El Estado dominicano está amolando cuchillo para su garganta, se está destruyendo así mismo cada vez más con el debilitamiento de las instituciones, reduciendo la capacidad de los servicios que les corresponden, demandan y necesitan los habitantes. Como consecuencia de todo esto y del descontrol migratorio el país se esta convirtiendo en un refugio del crimen organizado con el apoyo de las autoridades.

Lo más preocupante de todo esto, es la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación y sus comunicadores, quienes justifican todas estas aberraciones corruptas e irresponsables del Estado y sus aliados Tutumpotes, denegándoles a la sociedad su esencia de: educar, orientar, informar, entretener sanamente y ejerciendo de contra peso con su rol de cuarto poder como lo definió, el británico Edmund Burke, trabajando a favor de las mayorías, junto a ellos, como sus defensores innatos y siendo la voz de los que no tienen quienes hablen por ellos.

“Dominicano despierta, llegó la hora de participar, de actuar, de ser intolerante, de no ser títere, de no ser pendejjjj...Asume y reclama tus derechos, defiende tu país... También quiero una constitución justa...Los funcionarios electos y designados juran cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes, lamentablemente es lo que menos hacen...Despierta pueblo dominicano empodérate y asume tus derechos...No al retroceso constitucional...cohesión social a favor de una constituyente y el referendo revocatorio, para lograr una democracia verdadera... Es tiempo del cambio...Conquistemos el sueño de Duarte y Luperón...”

“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”. Enrique Múgica Herzog

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