Para poder comprender el cambio global climático y el aumento de la
temperatura global se debe primero comprender el clima global y cómo
opera. El clima es consecuencia del vínculo que existe entre la
atmósfera, los océanos, las capas de hielos (críosfera), los
organismos vivientes (biosfera) y los suelos, sedimentos y rocas
(geosfera).

La atmósfera es uno de los componentes más importantes del clima terrestre. Es el presupuesto energético de ella la que primordialmente determina el estado del clima global, por ello es esencial comprender su composición y estructura.

La atmósfera pasa a ser un gran depósito de CO2. Se calcula que por hectárea de superficie
de tierra, el aire que lo cubre contiene 15 toneladas de CO2. La proporción de CO2 en el aire debe ser constante, aunque los últimos 15 años se ha comprobado que la actividad humana ha hecho aumentar la proporción. Si la tendencia continua se estima que par el año 2020 la
cantidad de CO2 se habrá duplicado.

Las plantas terrestres y marinas extraen de la atmósfera grandes
cantidades de dióxido de carbono. Este es producido por varias
fuentes: la respiración de los seres vivos, la destrucción y
fermentación de sustancias orgánicas, la combustión del petróleo,
carbón, leña u otros combustibles que contengan carbono en su
composición. El vapor de agua es un constituyente vital de la
atmósfera, en promedio 1% por volumen, aunque con variaciones
significativas en las escalas temporales y espaciales. Por su
abundancia es el gas de invernadero de mayor importancia, jugando un
rol de vital importancia en el balance global energético de la
atmósfera.

La variación en la cantidad de aerosoles afecta también el clima.
Incluye polvo, cenizas, cristales de sal oceánica, esporas, bacterias,
etc., etc. Sus efectos sobre la turbidez atmosférica pueden variar en
cortos periodos de tiempo, por ejemplo luego de una erupción
volcánica. En el largo plazo, los efectos son bastante equilibrados
debido al efecto natural de limpieza atmosférica, aunque el proceso
nunca es completo. Las fuentes naturales se calculan que son 4 a 5
veces mayores que las antropogénicas. Tienen el potencial de
influenciar fuertemente la cantidad de radiación de onda corta que
llega a la superficie terrestre. La Tierra recibe energía del Sol a la
forma de radiación electromagnética, la superficie terrestre recibe
radiación ultravioleta (UV) y radiación visible y emite radiación
terrestre a la forma de radiación infrarroja. Estos dos grandes flujos
energéticos deben estar en balance. Pero la atmósfera afecta la
naturaleza de este balance.

Los gases invernadero permiten que la radiación de onda corta solar
penetre sin impedimento pero absorben la mayor parte de la emisión de
ondas largas terrestres. Por ello la temperatura global promedio es de
288K o 15°C , 33 grados más alto que si no tuviera atmósfera. Los
flujos de humedad, masa y momentum dentro de la atmósfera y los
componentes del sistema climático deben estar en equilibrio. El
balance de los flujos determina el estado de los climas y los factores
que influyan sobre ellos a escala global deben ser considerados los
causantes del cambio global.

El Cambio Global Climático, un cambio que le atribuido directa o
indirectamente a las actividades humanas que alteran la composición
global atmosférica, agregada a la variabilidad climática natural
observada en periodos comparables de tiempo (EEI, 1997). La IPCC
(Panel Internacional sobre Cambio Climático), un panel de 2500
científicos de primera línea, acordaron que “un cambio discernible de
influencia humana sobre el clima global ya se puede detectar entre las
muchas variables naturales del clima”. Según el panel, la temperatura
de la superficie terrestre ha aumentado aproximadamente 0.6°C en el
último siglo. Las emisiones de dióxido de carbono por quema de
combustibles, han aumentado a 6.25 mil millones de toneladas en 1996,
un nuevo récord. Por otro lado, 1996 fue uno de los cinco años más
calurosos que existe en los registros (desde 1866).
La energía recibida por la Tierra desde el Sol, debe ser balanceada
por la radiación emitida desde la superficie terrestre. En la ausencia
de cualquier atmósfera, la temperatura superficial sería
aproximadamente -18°C . Esta es conocida como la temperatura efectiva
de radiación terrestre. De hecho la temperatura superficial terrestre,
es de aproximadamente 15°C. La razón de esta discrepancia de
temperatura, es que la atmósfera es casi transparente a la radiación
de onda corta, pero absorbe la mayor parte de la radiación de onda
larga emitida por la superficie terrestre. Varios componentes
atmosféricos, tales como el vapor de agua, el dióxido de carbono,
tienen frecuencias moleculares vibratorias en el rango espectral de la
radiación terrestre emitida. Estos gases de invernadero absorben y
reemiten la radiación de onda larga, devolviéndola a la superficie
terrestre, causando el aumento de temperatura, fenómeno denominado
Efecto Invernadero.

El Efecto Invernadero es un fenómeno atmosférico natural que permite
mantener la temperatura del planeta, al retener parte de la energía
proveniente del sol. El aumento de la concentración de dióxido de
carbono proveniente del uso de combustibles fósiles ha provocado la
intensificación del fenómeno y consecuente aumento de la temperatura
global, derritiendo los hielos polares y aumentando el nivel de los
océanos.
La magnitud del efecto invernadero dependerá de la concentración de
cada uno de los gases y de la forma en que esa concentración varíe con
la altura.

Conocemos las consecuencias que podemos esperar del efecto invernadero
para el próximo siglo, en caso de que no vuelva a valores más bajos:

o Aumento de la temperatura media del planeta.
o Aumento de sequías en unas zonas e inundaciones en otras.
o Mayor frecuencia de formación de huracanes.
o Progresivo deshielo de los casquetes polares, con la consiguiente
subida de los niveles de los océanos.
o Incremento de las precipitaciones a nivel planetario pero lloverá
menos días y más torrencialmente.
o Aumento de la cantidad de días calurosos, traducido en olas de
calor.

Para concluir, el Cambio Climático Global es un hecho, aunque existen
los escépticos de siempre, no representan de ninguna manera un grupo
mayoritario. Es por ello que los Gobiernos a nivel mundial han
reaccionado ante la amenaza cada vez más cercana de alteraciones
climáticas que puedan colocar sus economías en peligro. El Cambio
Climático Global por otro lado ha dejado muy claro, la globalización
de los problemas ambientales, es imposible e inútil enfrentar los
problemas más graves en el ambiente si no es una empresa que involucre
a todas las naciones. La presión poblacional y de desarrollo tomada
por las naciones más desarrolladas y las naciones en vías de
desarrollo colocan una presión cada vez mayor sobre los recursos
naturales y los sistemas ambientales terrestres. En la actualidad las
capacidades autoreguladoras de la atmósfera están siendo llevadas a
sus límites. No es una sana política, para la humanidad, dejar la
búsqueda de soluciones para el futuro o para cuando se hagan
fuertemente necesarias. La atmósfera y los procesos que mantienen sus
características no tienen tiempos de reacción muy rápidas comparadas
con los periodos humanos. Soluciones a los problemas del
adelgazamiento de la Capa de Ozono, al Calentamiento Global, a las
alteraciones climáticas devastadoras, no es cuestión de años, ni
siquiera décadas. Es por ello una preocupación que debe ser inmediata,
no podrá esperarse a que los efectos se hagan demasiado claros, pues
lo más seguro es que ya en ese momento sea muy tarde para actuar
buscando soluciones.

Preparado por: Ing. Andrea Franjul Sánchez, Catedrática Escuela de
Ingeniería Civil y Física

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